Me desperté un poco preocupado, algo pasa por mi cabeza envuelto en una oleada de ideas que no me deja analizar en detalle, y en un instante pensé en escribirlo antes de que se me disipe esta idea. Compartir bendiciones no es dominar mentes.
Actualmente en medio de tantos formatos para llegar a un gran número de personas, cada día resulta que aprender y comunicar, ahora es la especialidad de muchos en las redes de la internet.
Todo está bajo control, todo está en manos de nuestro creador, y los que creemos en este poder llamado Dios, nos viene resultando un estado perfecto de salud para poder compartir lo que ha ocurrido en nuestras vidas.
Un Don Espiritual, es un legado que se nos otorga como cual premio le entregamos a uno de nuestros pequeños hijos para ver pintada en su carita infinitas sonrisas de amor y felicidad.
Que hermoso es ver la carita pintada de un hijo y corre te da un abrazo y te dice al oído, te amo mamá o te amo papá. Jamás olvidarás estas palabras de muestras de amor.
Cuando estamos a solas y nos ponemos a estudiar la palabra de Dios, sentimos alivio tras terminar el objetivo de estudio, siempre que estudiemos la palabra de Dios debemos de estar entregados al Espíritu Santo para que el resultado final de estudio sea una oleada de bendiciones.
Cuando estas bendiciones pintan nuestra cara de felicidad, es momento de compartir.
Compartir a parte de enseñarnos a dividir para repartir, es más que otra cosa ser participes de un evento que nos enseñará a tratar de estar en las mejores manos, en pocas palabras, compartir es estar entregando las buenas manos.
Dominar no es siempre una mala parte del cuento, por que si dominamos en un tema, lo tendremos claro para poderlo compartir, pero si lo que queremos es dominar a una o varias personas entonces esto es querer destacar ante los demás, dominar se convierte entonces en querer ser mejor que muchos más.
Dominar puede ser un acto de control absoluto ante una comunidad débil, cuando todo lo ves acompañado con el arte del “miedo” entonces este dominio se convierte en terror, digamos, es lo más cercano al arte del terrorismo.
No es lo mismo compartir para progresar, que dominar para involucionar.